Comercializar productos y a la vez ser practicante holística es un lugar complejo de ocupar.
A menudo cuando alguien viene al taller a llevarse algo para ayudar con “síntoma x” me encuentro diciendo “podría servir, pero depende de si estás… O si comes… o si tu constitución es..”
Trato de crear fórmulas balanceadas para ser aptas a la mayor cantidad de personas posibles y me extiendo para brindar información extra acerca de otras plantas o hábitos que podrían servir. A veces un desequilibrio se puede armonizar con la introducción de alguna fórmula y otras veces la solución tendrá que ser mucho más contemplada.
La tradición herbal, que proviene de perspectivas mucho más integrales, actualmente se encuentra dentro de la distopía marketinera de la industria del bienestar. Cada vez que abro Instagram es una emboscada de publicidades para distintos productos herbales o plantas con afirmaciones dudosas acerca de lo que pueden lograr. Algunos beneficios exagerados, otros sin el marco de una mirada holística y muchas veces desinformación flagrante. La necesidad de usar pensamiento crítico antes de consumir nunca ha sido tan importante!
En “Medical Herbalism”, David Hoffman dice “la fuerza del mercado y la salud son mutuamente excluyentes”. La industria del bienestar es un modelo insostenible. Por eso la panacea de tendencia se cambia con tanta frecuencia.
El marketing no permite suficiente matiz para considerar la individualidad del consumidor y activamente lo rechaza en la desesperación de promover un producto o planta como la solución a todas sus dolencias. La salud y la enfermedad son el resultado de un contexto complejo de factores desde lo físico y lo emocional, la genética y lo ambiental y - lo más ignorado - lo sociopolítico.
Es tentador seguir el modelo más reduccionista para tratar de competir en este modelo capitalista impuesto, sin embargo no puedo separar las plantas del marco de salud holística en el cuál las conozco y entonces continuaré a promocionar con cláusulas y entregar productos con explicaciones largas y continuaré a interrogar mi relación con ellas y alejarme de la creencia que son un recurso que puedo controlar y explotar solamente para lucrar.