Veo muchas publicidades de adaptógenos que los presentan como una cura mágica para todos los males del mundo. En realidad, esa visión imita la lógica farmacéutica de tomar algo y esperar un cambio dramático en el cuerpo. La medicina botánica es diferente; no nos cura así, nos enseña.
Las plantas y hongos medicinales han estado en la Tierra por milenio. Cuando ingiero medicina botánica las células de mi organismo aprenden directamente de todos los años de sabiduría que posee ese ser.
Con el Reishi, por ejemplo, se fortalece el sistema inmune, pero lo hace al "informarlo" sobre cómo podría apoyarnos mejor. Ayuda a que el cuerpo reconozca desequilibrios temprano para estar más preparados para sanar sin necesidad de llegar a un estado de enfermedad.
También armoniza el sistema nervioso y, en parte, lo logra porque nos ayuda a conectar con la inteligencia del mundo natural. Es un remedio para la mente hiperactiva y racional, ayudándonos a pasar a un estado más enraizado, donde podemos aprender de nosotros mismos y de la red natural que nos rodea (no el www).
El Reishi se adapta a cada persona, sea en la niñez, en la vejez o en etapas intermedias. Puedes consumirlo en tés, caldos, gotas, o simplemente sentarte junto a un árbol donde crece un gran Reishi y sentir su presencia. En Earth Roots, elaboramos un doble extracto potente con Reishi silvestre que recolectamos cada otoño.